Limpiar edificios, lavar pisos, enseñar a alumnos, recolectar alimentos, ayudar a inmigrantes, visitar a las viudas, sacar hierbas y pintar escuelas son sólo algunos de los muchos proyectos de servicio que  se llevan  a cabo todos los años los miembros de la fundación Isaías 61, juntamente con moradores de comunidades vulnerables que responden a la invitación, de efectuar un día de servicio.

Dichos proyectos han tenido un profundo efecto en las personas que prestaron servicio y en aquellas que lo recibieron. Muchas comunidades del mundo han cambiado para bien. 

Los miembros también prestaron servicio en un hospicio para niños, donde despejaron los senderos de los huertos e hicieron los terrenos del hospicio más placenteros para los niños y sus familias. Brenda  ayudó a coordinar el proyecto. “Fue muchísimo trabajo, pero al mismo tiempo fue un trabajo realmente satisfactorio”, dijo. “Incluso cosas triviales como barrer pueden ser de gran beneficio. Uno no tiene que tener grandes habilidades; las cosas pequeñas pueden marcar una gran diferencia para los demás”. 

Cristopher expresó su punto de vista en cuanto a la inspiración de la Primera Presidencia en relación con la invitación a prestar servicio: “Creo que esta revelación fue para unirnos, para hacernos salir a la comunidad, para conocer gente nueva”. Prosiguió: “Ver a la Iglesia participar en la comunidad es maravilloso, y ser parte de ello es aún más especial. Ha fortalecido mi testimonio y me ha dado el deseo de hacer más”.